En Salta, el trueque ha resurgido como una estrategia de supervivencia en los barrios Jardín y Villa Constitución. Este sistema, donde no se utiliza dinero de curso legal, permite a las familias intercambiar mercadería y productos frescos, adaptándose a una economía circular que se intensifica en tiempos de crisis.
Desde diciembre pasado, estos espacios han visto un aumento notable en el número de participantes, principalmente mujeres. Madres solteras, abuelas y jóvenes, todas con un objetivo común: obtener productos no perecederos para reducir las compras semanales en los almacenes locales. El intercambio suele incluir ropa en buen estado por alimentos aptos para el consumo.
Los trueques en Jardín y Constitución, vigentes desde hace siete y diez años respectivamente, funcionan bajo reglas claras para mantener la confianza entre los participantes. Está prohibido el uso de dinero, se emplea una moneda interna, y se permiten tanto trueques directos como triangulaciones y permutas, estas últimas negociadas previamente en grupos cerrados en redes sociales.
Nelson Bargas, referente del trueque en el barrio Jardín, explicó: «Cada participante paga una inscripción mínima y recibe Tickets». Las sesiones de trueque se llevan a cabo los lunes y jueves en el Centro Vecinal de Jardín. Estos Tickets, plastificados e impresos a color, tienen valores entre 500 y 2.000 unidades y permiten ampliar las opciones de intercambio.
Romina, una participante regular, mencionó: «Puedo intercambiar una campera o un buzo usado por dos paquetes de fideos o dos kilos de harina». Lucía, otra truequera, recordó haber cambiado zapatillas por paltas y destacó la calidad de la carne molida obtenida en un intercambio. La regla principal es que tanto la ropa como la comida estén en buen estado.
El interés en el trueque también incluye alimentos no perecederos como yerba mate y aceite, así como harina de trigo, polenta, fideos, arroz, azúcar, puré de tomate, durazno al natural y papel higiénico. Otros productos, como artículos de limpieza y golosinas, tienen menor demanda.
Los trueques en Jardín y Constitución se desarrollan en tres fases: permutas preacordadas, intercambios con moneda interna, y trueque directo de manta a manta. Estos eventos duran alrededor de tres horas, proporcionando un espacio vital para las familias, indicó Salta 12.
En Villa Constitución, Carolina Torres enfatizó la importancia del trueque como un espacio de solidaridad y apoyo mutuo. «Este no es solo un espacio de intercambio, es un lugar donde creamos lazos solidarios entre los vecinos», dijo, relatando cómo han ayudado a personas necesitadas en la comunidad.
Con el aumento del interés en los últimos meses, Marcela Aquino señaló: «Las chicas volvieron porque con Milei todo cambió y estamos cada vez más pobres». Antes de la actual situación económica, los trueques incluían servicios como peluquería o manicura, pero ahora se enfocan en alimentos y ropa.