Una madre salteña no puede ver a su hijo de 8 años porque está siendo retenido por su progenitor. El caso está en manos del juez de familia de La Plata, Valentín Francisco Virasoro, quien aún no ha resuelto la situación ni ha considerado los derechos del niño. Después de quedarse sin trabajo, el año pasado A. emigró a España por una oferta laboral, confiando temporalmente el cuidado del nene a su expareja.
La madre, de 35 años de edad, relató a Salta/12 que emigró hace más de un año por una oportunidad de trabajo y con la esperanza de encontrar un mejor futuro para ella y su hijo. Había sido despedida de una estación de servicio en su provincia, donde estuvo 6 años como empleada, y le urgía otro empleo ya que mantenía sola a su hijo pequeño.
Cuando decidió irse del país, A. llamó a su expareja, I. B., progenitor del niño. Según refirió la mujer, él es de Ensenada, La Plata, tiene 44 años, es músico, también está desempleado, nunca había aportado con los gastos de crianza, estuvo ausente en los primeros años de vida del nene, y comenzó a visitarlo recién hace cuatro años. Ambos progenitores acordaron de manera verbal que él cuidaría al niño hasta diciembre de 2023, tiempo que ella consideró le demoraría estabilizarse en el país europeo, y en esa fecha él lo llevaría para que madre e hijo se reencontraran.
A. señaló que el acuerdo al que había llegado con el padre consistía en que ella enviaría a fin de año los pasajes para él y el niño. Ya en España, ella mandaba dinero al progenitor y a la abuela paterna, para la manutención del nene. También la abuela materna viajó dos veces el año pasado desde Salta a Ensenada para visitar a su nieto y llevarle cosas que necesitaba.
Al cumplirse el tiempo pactado, A. envió a su expareja los pasajes de ida y vuelta Argentina-España, y viceversa; la fecha del viaje era el 2 de diciembre. Sin embargo, él decidió no tomar el vuelo y restringir las comunicaciones de madre e hijo.
En noviembre de 2023 ya el padre mostró su negativa a viajar con el niño a España. La abuela, la tía y la primita de 9 años de edad, familiares de lazo materno, viajaron desde Salta a Ensenada para despedirse del nene, ya que se suponía que se iría al país europeo. Pero al progenitor «le agarró un brote, les dijo que dejen de llenarle la cabeza al hijo, (manifestó) ‘no nos vamos a ir a ningún lado’, y empezó a insultarlas», relató A.
La abuela materna ratificó este relato. «Cuando fui a la casa de ellos, el 26 de noviembre, era el cumpleaños (del niño), él tenía que viajar también. Por esa razón quedamos en que iría. Una mañana estábamos con la madre de él (y el padre del niño) empezó a los gritos, me quiso atacar, el nene empezó a llorar y le decía ‘no la toques a mi abuelita'», contó. La situación violenta fue filmada por la tía del niño, que es hermana de A. En el video se ve que de forma agresiva el progenitor toma al nene contra su voluntad, lo que se evidencia porque le dice reiteradamente al padre que no lo toque, que lo deje, pero sin tener en cuenta ese pedido, el hombre lo alza y se lo lleva.
A. relató que siguió en comunicación con su expareja, incluso después de que se negara a viajar y perdiera el vuelo, también continuó enviándole dinero, para que no le impidiera hablar con el niño, ya que pese a que ella le había comprado un celular a su hijo, el progenitor la bloqueó y también a los familiares maternos. El padre pasó a restringir el vínculo, y permitía solo conversaciones cortas, supervisadas desde su teléfono, entre madre e hijo.
Violencia de género
Además, I. B. judicializó la situación de su hijo y relató una versión de los hechos distinta a la de A. En una denuncia señaló a la madre como obstaculizadora del vínculo entre él y su hijo en los años previos y dijo que incluso hubo intervenciones judiciales en Salta. Sostuvo que tras llamarlo por teléfono en noviembre de 2022, A. lo hizo abonar el pasaje de avión del niño de Salta a Ezeiza y lo dejó bajo su cuidado. También la acusa de falta de «empatía» con el niño y de hostigamiento porque insiste en llevarlo a España.
«Él fue detenido en Salta porque me dio un cabezazo y me quitó a mi hijo de la teta», dijo A. para explicar las intervenciones judiciales que hubo antes en la provincia. Relató que su expareja era violento con ella, por eso se separaron. Ella quedó sola a cargo de la crianza del niño. «Nunca antes se hizo cargo, nunca me pasó la cuota alimentaria, nunca me ayudó con nada», aseguró A., e incluso dijo que él tampoco reconoció legalmente al nene, que lleva solo el apellido materno.
En los últimos cuatro años «él lo fue a visitar (al nene) a Salta y lo llevó de vacaciones a La Plata», contó A. Dijo que el niño y su padre tenían buena relación y por eso confió en dejarlo bajo su cuidado antes de emigrar. «Yo le pasaba la cuota alimentaria. Un año le mandé plata por Western Union desde España, mi mamá vino a verlo dos veces al año (al niño), le trajo ropa. Yo nunca me desentendía, ni mi mamá, ni mi hermana, ellas estaban presentes por mí», aseveró.
A. recién pudo retornar a Argentina el 8 de mayo, antes le avisó a su expareja que iría a ver a su hijo. «Él me dijo que estaban en Entre Ríos, de viaje. Me mintió», relató. Desconfiando de estas palabras, A. fue a la casa de él, tocó el timbre y gritó el nombre de su hijo, quien salió a recibirla sorprendido y emocionado.
Después A. alquiló un departamento temporal, su expareja aceptó llevarle al niño, pero se instaló allí con el hijo. A. dijo que esa convivencia duró tres días, él no le permitió espacios a solas con a su hijo y vigiló todas sus conversaciones. Al tercer día, estando los tres, a ella le llegó una notificación judicial en la que le informaban sobre la prohibición de sacar al niño del país, a raíz de una denuncia que hizo su expareja, esto generó una discusión, él le dijo que se consiga un abogado y se fue llevándose al niño.
Tras eso, A. empezó a ir a ver al nene a la escuela y al club donde hace deportes, ante la negativa del progenitor de llevarlo con ella o permitir que se encuentren. En el club se cruzó con el padre del niño, volvieron a discutir violentamente, él la denunció y logró que se dicte una orden de restricción contra ella, que no puede acercarse a menos de 200 metros de él y tampoco acudir a esas instituciones. «Cada vez que él dice algo, le creen todo. Yo soy la mamá, el niño tiene derechos, él me está prohibiendo que lo vea», lamentó A.
La madre tuvo que contratar a dos abogadas, Magdalena De María y Luciana Rollie, quienes le presupuestaron 800 dólares para llevarle el caso. Ambas pidieron un régimen de comunicación provisorio para la mamá y la abuela pero el juez todavía no resolvió. Asimismo, A. denunció violencia familiar y el impedimento de contacto. El progenitor debía llevar al niño a una entrevista psicológica pero faltó.
Mientras tanto, A. señaló que está gastando todos sus ahorros en la permanencia en La Plata. En España estuvo trabajando cuidando a una anciana y como camarera, debía volver en agosto pero tuvo que informar que no podrá regresar.
A. contó que en el marco de este conflicto el progenitor la denunció luego de que ella relatara la situación de violencia vicaria que está viviendo en redes sociales. Señaló que él integraba una banda de rastafaris, que al principio «respondieron a cada uno de mis contactos diciendo que yo era una prostituta. El cantante de la banda decía que ese no era un ambiente para mi hijo porque yo trabajaba de prostituta en España», relató.
«Un integrante de la banda se comunica conmigo, porque nunca habían escuchado mi versión. Cuando les conté y les mostré todos los comprobantes que tenía de Western Union, a él (su expareja) lo bajan de la banda, se va enojado con todos» porque les había mentido sobre A., incluso había dicho que había dejado «tirado» al niño «en el aeropuerto». «Siempre fue violento. Siempre actuó de la misma manera. Todo el tiempo su conducta es narcisista (…). Ejerce violencia económica», expresó.
«Yo estoy plantada en La Plata (…). Ya pasaron dos meses, no veo a mi hijo, el jueves tiene la segunda audiencia (para la entrevista psicológica), espero que el progenitor lo lleve. Yo voy a hacer responsable al juez de familia. Él es responsable. Los videos están adjuntados en el expediente. Acá no se está respetando el derecho del niño. El progenitor lo tiene de rehén«, sostuvo A, quie añadió que su expareja tiene problemas de adicciones.
La abuela materna contó que también a ella el progenitor le impide ver al niño. Dijo que fue a verlo el domingo último, pero el hombre no le abrió la puerta. «Me dijo ‘andate o llamo a la policía'», relató. La mujer, de 64 años de edad, dijo que fue a la comisaría de la Mujer y Familia de Ensenada, donde le tomaron una declaración pero un policía le dijo: «él es el padre y puede decidir si sí o no'». «Tengo mis derechos como abuela», ratificó.