En las últimas horas se viralizó un video tan insólito como perturbador: un hombre de entre 75 y 80 años protagonizó un violento asalto en una dietética ubicada en calle General Paz al 5000, barrio Sargento Cabral. A pesar de su apariencia inofensiva, el anciano irrumpió en el comercio con un arma de fuego, amenazó a la empleada y logró llevarse una importante suma de dinero.
Todo ocurrió alrededor de las 12.30 del miércoles, cuando la joven encargada del local se disponía a cerrar. En la grabación se lo ve ingresar de manera tranquila, con una bolsa en la mano, y hasta se muestra amable en su primer intercambio. «¿Qué desea?», le pregunta la chica mientras cierra la puerta. El hombre le responde: «Primero cerrá la puerta».
Lo que sigue es una secuencia digna de una tragicomedia: el hombre saca un arma —descripta luego como de color verde militar con cinta scotch— y le dice con tono calmo pero amenazante: «Dame la plata. Yo necesito un préstamo. No vengo a lastimarte». Luego insiste: «Dame la plata porque yo no voy a responder de mí. Te lo juro».
#SantaFe Un adulto mayor, vaya a saber si jubilado de algún rubro, entra a robar con arma de fuego a una Dietética. Sucedió este miércoles pasado el mediodía cuando en poco más de 4 minutos se llevó 220 mil pesos y amenazó a empleada del local. Ella pensaba que era broma pic.twitter.com/F8suUFjJRh— Verónica Ensinas (@Veroensinas) April 10, 2025
La joven se toma la cabeza y le responde que no tiene dinero. El ladrón la contradice: «¿Cómo que no tenés nada? Algo tenés». Se coloca una gorra, pasa al otro lado del mostrador y repite su exigencia: «Dame la plata. Yo necesito. No te quiero lastimar».
«Estoy re loco»: súplicas, amenazas y desesperación
La tensión fue en aumento. El ladrón exigía más dinero, afirmando: «A mí me mandaron. Yo sé que hay más plata. No hagas que te lastime. Por favor te lo pido. Tengo algo para lastimarte y no quiero».
La empleada —sobrina de la dueña del negocio— respondió con desesperación: «¡Estás loco vos!». A lo que el hombre, lejos de desmentirlo, contestó: «¡Claro que sí! Estoy re loco».

Finalmente, la joven accede y le entrega algunos fajos de billetes. «Eso, eso», dice el hombre, aprobando el gesto. Pero no conforme, ordena: «Ahora dame el cambio también».
La víctima, completamente nerviosa, intenta explicar: «Esto era para los proveedores». Cuando el delincuente le exige que se dirija al fondo del local, ella grita: «¡No me amenacés!». Él replica: «No grites. Pasá para el fondo».
En ese momento la joven rompe en llanto y le señala dónde había más dinero. Mientras el hombre recorre el comercio, ella aprovecha un descuido, sale corriendo a la calle y se escucha que grita desesperadamente: «¡Dejame… dejame!».
La palabra de la dueña: «Fueron cinco minutos de terror»
Claudia, dueña de la dietética, relató con indignación: «Mi sobrina estaba guardando las cosas para cerrar cuando este hombre se metió. No le dio miedo porque era un señor mayor. Le pidió un préstamo, y cuando ella se rió, le sacó un arma».
«El hombre le decía que sabía que había mucha plata, que lo habían mandado. Ella le dio lo que había en la caja, pero no le alcanzaba. Le pidió la llave para encerrarla y le decía que iba a hacerle daño. Incluso le llegó a decir: ‘Estoy hasta las 16, no sabés las cosas que te voy a hacer’».
El momento en que el hombre exhibe el arma de fuego y amenaza a la empleada.
«Mi sobrina se largó a llorar, le dio la plata que teníamos para los proveedores: $200 mil. Y él seguía pidiendo más. Por suerte, logró salir corriendo», explicó Claudia.
Fuga en bicicleta y búsqueda en pasillos
Según la denuncia, el delincuente escapó con una suma total de $220.000. Luego del atraco, huyó por calle Padilla hacia el Este. Vecinos intentaron detenerlo e incluso una mujer lo chocó para hacerlo caer. Sin embargo, el ladrón se subió a una bicicleta, remontó por la vereda y logró desaparecer en un pasillo de calle Lavalle rumbo a la zona de la costanera.
La víctima declaró que nunca había visto a ese hombre antes, y que ni siquiera era un cliente habitual del negocio.
La víctima declaró que nunca había visto a ese hombre antes, y que ni siquiera era un cliente habitual del negocio.
La policía analiza las imágenes del video y ya inició una investigación para dar con el paradero del llamado «abuelo pistolero», quien hasta el momento permanece prófugo.-El Litoral-

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