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Una mujer asesinó a su papá y su madrastra, quemó los cuerpos en una parrilla y todo quedó grabado

(Foto: gentileza g1).

Rubem Affonso Heger, de 85 años, y Marlene dos Passos Stafford Heger, de 53 años, fueron asesinados en febrero de 2022. Sus cuerpos nunca fueron encontrados. Los habían quemado en una parrilla. Por el brutal crimen fueron detenidos la hija y el nieto del hombre, Claudia de Almeida Heger y Andrew Heger Ribas.

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Cómo fue el brutal crimen de la pareja

Según la policía, el crimen ocurrió el 27 de febrero de 2022. Ese día, Claudia y Andrew fueron desde la localidad de Canoas, donde vivían, a la vecina ciudad de Cachoeirinha, cerca de Porto Alegre, para almorzar con Rubem y Marlene.

Después de esa comida, nunca se los volvió a ver. La Policía Civil concluyó que el anciano y su esposa fueron asesinados en su domicilio por su hija y su nieto.

Al no tener noticias del hombre, otros familiares fueron a la casa y la encontraron vacía. Solo estaba el perro de la familia, muerto en el piso. No se podían haber ido de viaje porque Rubem tenía una enfisema pulmonar. Tomaba medicamentos a diario y siempre debía tener un tubo de oxígeno al alcance de la mano. Avisaron a la policía y los peritos forenses encontraron manchas de sangre en una pared y en el jardín.

Por el crimen de la pareja detuvieron a la hija y al nieto de Rubem Affonso Heger. (Foto: gentileza Diario Gaucho).

Imágenes de la cámara de seguridad de una casa vecina registraron, el 27 de febrero, lo que la policía cree que serán los últimos movimientos en la residencia de la pareja. La hija y el nieto llegan a almorzar con su padre y su madrastra. Cuatro horas después, la mujer coloca colchones en las puertas del garaje y bloquea la vista de cualquiera que pase por la calle. Poco después salen, cierran el portón y se van.

Con estas pruebas, Claudia y Andrew fueron detenidos en mayo de 2022, casi tres meses después.

La mujer declaró que había llevado a su papá y su madrastra a su casa y que un día, tras hacer unas compras, volvió a su casa y se habían ido. Pero la mentira duró poco. Su hijo finalmente confesó el crimen. Declaró que quemó los cuerpos en una parrilla con leña y carbón durante 36 horas. El imputado también denunció que las cenizas y restos de las víctimas habían sido esparcidos en una zona boscosa cercana al río Gravataí.

Según la policía, una semana antes del crimen, Andrew instaló películas de polarizado a las ventanillas del auto. En los celulares de los dos sospechosos se encontraron videos de lugares desiertos, lo que indicaría que hubo premeditación.

Madre e hijo están acusados de doble homicidio calificado, ocultamiento de cadáver, maltrato animal y fraude procesal. El caso está en pleno juicio y los acusados comparecerán ante un jurado el miércoles que viene.

Rubem dejó dos hijos, además de Claudia, mientras que Marlene tuvo otros dos hijos de otra relación.

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