Una tremenda tragedia, tan inexplicable como inesperada, ocurrió en un partido de fútbol infantil en el pueblo Juncal, de la provincia de Santa Fe, a 100 kilómetros de Rosario. Un hombre de 34 años fue asesinado de un disparo por la espalda durante una discusión en un partido de fútbol infantil.
La víctima, identificada como Atahualpa Nahuel Alegre López, veía el partido de su hijo, al igual que Justino S., de 52 años, padre de uno de los chicos que jugaban para el equipo rival. Hubo una discusión entre los niños y Justino S. ingresó a la cancha e increpó al hijo de la víctima. Entonces, se generó la pelea entre los padres.
Q.E.P.D.-Atahualpa Nahuel Alegre López , la víctima.
Justino sacó un revólver y disparó contra López Alegre, impactando en el abdomen. Primero llegó una ambulancia y luego la policía, cuando el herido iba a ser trasladado al centro asistencial Samco. Allí, debido a la gravedad del estado, el paciente fue trasladado a un hospital de Villa Constitución, donde falleció a los pocos minutos de ingresar.
La fiscal Eugenia Lascialandare dispuso la detención de Justino. Los agentes encontraron un revólver calibre 357 Magnun marca Taurus en su camioneta, una Volkswagen Amarok blanca. El imputado está preso y procesado.
El testimonio de la viuda
Silvia, que estuvo seis años en pareja con Alegre López, habló en el programa Siempre Juntos, por Cadena 3 Rosario. «Le disparó por la espalda. Estaba lleno de gente, estaban jugando los niños en la plaza. El tipo le dijo si sabía con quién se había metido, con quién se hacia el cojudo. Le disparó y quedó tirado como un perro. Nadie quiere atestiguar, tienen miedo».
El hospital de Villa Constitución al que fue trasladado Atahualpa Alegre López. (Foto: gentileza La Capital).
“No había problemas personales previos, fue una cosa del partido. Son todos mayores de edad. El chico insultó a Atahualpa, él le dijo que no le falte el respeto y le dio una cachetada. El pibe le dijo ‘no sabés con quién te metiste’. Luego llegó con el padre, que le disparó por la espalda», agregó la mujer.
“Pedimos que la gente se arrime, que declaren». Y argumentó su pedido: «Tienen miedo de las represalias de la familia del paraguayo. Él es un albañil que vive hace varios años en el pueblo. Es la primera vez que sucede algo así. Podrían haberse agarrado a trompadas, no dispararle con un arma de alto calibre. Fue un cruce de palabras entre Atahualpa y el hijo del paraguayo. Él sabe de armas, es cazador, lo allanaron y tenía un montón de armas registradas».
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