El dolor por la pérdida de una mascota se transita de muchas formas diferentes. En el caso de Kristy Bellmer, ciudadana de origen estadounidense, el duelo por la muerte de su perro le ha llevado a ganar un Récord Guinness. Con la noble intención de rendirle un homenaje (y con el deseo desde la infancia de batir uno de estos récords), este mujer ciclista decidió recorrer un total de 4.707 kilómetros, repartidos por varios países europeos, para dibujar con el GPS la silueta de su querida mascota, Slinky, tal y como informa la página oficial de los premios.
La idea le surgió después de dejar su trabajo y recorrer en bicicleta la Pacific Coast Highway, autopista que se extiende desde Los Ángeles hasta San Francisco, en EEUU. Entonces pensó que quería cruzar el charco y visitar con el mismo vehículo varias ciudades que siempre quiso conocer y en las que tenía amigos a los que visitar. Para hacer que su paso por Europa fuera todavía más mágico, trazó en un mapa la figura de Slinky, marcándose se así la ruta que iba a realizar
Holanda, Bélgica, Francia, Suiza, Alemania y Chequia
Con inicio y fin en Ámsterdam, su bonito trayecto discurrió por Bélgica, Francia, Suiza, Alemania y Chequia. «Usé mucha creatividad para descubrir cómo conectar esos lugares de una manera que pareciera un perro», reveló Kristy a los Guinnes. Su viaje comenzó en una fecha muy señalada, la del 1 de mayo, pues era el cumpleaños de su mascota.
Y, aunque el resultado de su dibujo en GPS – calificado ya como el más grande todo el mundo – no haya salido perfecto, ella se muestra muy satisfecha: “Terminé haciendo el trasero más grande para llegar a mi amigo en Garmisch, y el pie más largo para mis amigos en Suiza, y alargué la cola para poder ir a Chequia también; pensé que era genial», declaró.
Y, aunque su tono sea lúdico y divertido, lo cierto es que Kristy tuvo que soportar las tremendas lluvias primaverales, tanto durante sus acampadas como sobre la bicicleta, para poder completar su propósito. Para ella, ha sido «un sueño hecho realidad», no sólo por entrar en el Libro Guinness de los Récord que ella misma leía de pequeña, sino porque ahora todo el mundo recordará al pequeño Slinky.