Iván Laureano (23) trabajaba como limpiavidrios en la ciudad de Córdoba. Quería comprarle un regalo a su hijo Bastian -quien cumplía años- y por eso le dijo a su compañero que iba a quedarse un rato más, para poder juntar más plata. Cerca de la medianoche de ese 23 de julio, un hombre de 43 años que conducía alcoholizado a alta velocidad su auto Ford Falcon lo atropelló y lo mató.
Según informó El Doce, el conductor del Falcon llegó a la esquina de Donato Álvarez, intentó esquivar a una pareja que cruzaba la calle y en ese momento embistió al joven.
“Nunca frenó, se quiso dar a la fuga y entre los gritos de todos los que estaban ahí, un auto se cruzó en la esquina y lo frenó. Lo dejó tirado como si fuese un perro, no se frenó ni para ver”, denunció su familia.
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Recién la semana pasada, la fiscal a cargo de la investigación, Jorgelina Gutiez, imputó por “homicidio culposo” al conductor. Sin embargo, continúa libre y la familia pide que el caso no quede en el olvido.
En una entrevista con El Show del Lagarto (El Doce), cuestionaron la calificación legal porque consideran que la pena que le correspondería en caso de ser condenado “es muy baja”.
En este contexto, se dirigieron a familiares de otras víctimas de tragedias viales para luchar por un cambio en las leyes: “Nos parece que es muy poco cuando dejan una familia destrozada. Acá estamos para luchar juntos”.
En tanto, una de las hermanas lamentó que nunca más volverán a ser lo que eran como familia y pidieron que el imputado vaya preso de inmediato. “No sabemos si sigue tomando y conduciendo. Es muy duro vivir con esto”, agregaron.
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