El 10 de mayo no es un día más en Salta, sino que tienen su significado y es uno triste, más este 2023: Se cumplen 25 años del hallazgo sin vida de los cuerpitos de los hermanitos Melanie y Octavio Leguina, los niños que habían sido secuestrados el 4 de mayo de 1998 y aparecieron 6 días después sin vida en un descampado en La Silleta.
Por este crimen, Marcelo Torrico fue condenado en diciembre de 1999 por haber violado y asesinado a Octavio y Melani. Considerado entre los salteños como uno de los reos más peligrosos de la provincia, más tras su fuga del penal de Villa Las Rosas durante el año nuevo de 2006, su situación vuelve a ponerse sobre el ojo de atención ya que este año termina su pena, por tanto quedará en libertad.
“Lo único que quiero en este momento es que Marcelo Torrico pague por lo que hizo, quiero que cumpla con la prisión perpetua”, es la manifestación que hizo Miguel Ángel Leguina, el padre de los pequeños y que compartió el medio Con Criterio Salta.
Sobre la finalización de la condena a Torrico, dijo que esa noticia “me cae mal, imaginate que, si lo hizo una vez, puede hacerlo muchas veces; esta persona nació así y va a morir así, siendo una persona peligrosa para la comunidad”, consideró el hombre.
Un perfil irreversible
Cabe recordar que, hace un año, el licenciado en Seguridad y ex Policía salteño, Vicente Cordeyro analizó el perfil de Torrico. “En el perfil psicológico, denota que la pedofilia de Torrico es irreversible, se nota que era mitómano y cleptómano, que tenía antecedentes en ese caso, se consideraba que era imposible que pudiera recuperarse”, aseveró.
Posteriormente la jueza Ada Zunino, quien formó parte del tribunal que condenó al asesino de Melani y Octavio, anticipó que éste “no tiene intención de quedarse en Salta” una vez que se cumpla su pena, y que “quiere dirigirse a la frontera con Bolivia para no volver nunca más; hay que ver si es cierto».
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