El sector privado formal en Argentina ha sufrido una notable pérdida de más de 146 mil empleos desde finales del año pasado, lo que evidencia una preocupante tendencia en el mercado laboral. Según datos de la consultora Audemus, esta caída se ha mantenido durante once meses consecutivos, coincidiendo con la reducción de 36 mil empleos en el sector público nacional, resultado del ajuste fiscal implementado por el gobierno de Javier Milei.
En contraposición a esta tendencia negativa, el régimen de monotributo ha visto un crecimiento significativo, con más de 101 mil nuevos inscriptos en el mismo período. Este aumento, que se ha sostenido durante nueve de los últimos diez meses, sugiere un cambio importante en las modalidades de empleo en el país, donde cada vez más trabajadores optan por el trabajo independiente.
La actividad económica presenta un panorama mixto: aunque hubo un leve repunte del 0,2% en agosto, el acumulado anual refleja una caída del 3,1% en comparación con el año anterior. Los sectores más golpeados incluyen la construcción, con una disminución del 24%, y las ventas mayoristas, que cayeron un 15%.
Los expertos advierten sobre la precariedad que implica la migración hacia el monotributo. Joan Vezzato, analista de Fundar, enfatiza que esta situación puede ser tanto un refugio para trabajadores despedidos como un signo de mayor precarización laboral, ya que estos empleados carecen de la protección que brinda la negociación colectiva.
Además, los últimos datos indican una fuerte disminución en los salarios: el sector privado registrado perdió un 12% interanual, mientras que el salario público cayó un 70% y el salario privado no registrado disminuyó un 52%. Esta crisis afecta a una amplia franja de la población, estimándose que alrededor de 10 millones de personas se encuentran en situación de trabajo no registrado.