Un jubilado de la localidad de Resistencia, provincia de Chaco, logró cumplir algo que tanto deseó: ¡ganar la lotería! y convertirse en el nuevo millonario de la Argentina, dado que recibió más de 300 millones de pesos, aunque lo que más sorprendió fue el destino que tendrá esa enorme suma de dinero.
Al ser consultado por el medio local LT7 Noticias, el jubilado confirmó que no lo utilizará para él, sino que cumplirá su promesa familiar y lo va a destinar a “mejorar la vida de sus nietos”. Ante esto, miles de personas se mostraron conmovidas por el gran gesto del abuelo y destacaron su gran corazón.
“Hace 10 años vengo haciendo esa jugada”, comentó el afortunado de Chaco, que ganó millones de pesos, al igual que otra persona de Santa Fe con la que compartió el premio. Sin embargo, no trascendió la identidad de ninguno de los dos nuevos millonarios.
Al ser consultado por el medio local LT7 Noticias, el jubilado confirmó que no lo utilizará para él, sino que cumplirá su promesa familiar y lo va a destinar a “mejorar la vida de sus nietos”. Ante esto, miles de personas se mostraron conmovidas por el gran gesto del abuelo y destacaron su gran corazón.
“Hace 10 años vengo haciendo esa jugada”, comentó el afortunado de Chaco, que ganó millones de pesos, al igual que otra persona de Santa Fe con la que compartió el premio. Sin embargo, no trascendió la identidad de ninguno de los dos nuevos millonarios.
Otro afortunado en el juego
Un joven estudiante de El dorado, provincia de Misiones, ganó alrededor de 36 millones de pesos luego de apostar únicamente $150 en una jugada en la Agencia N°352. Si bien en estos casos la suerte es la responsable del éxito o la desdicha, él mismo confesó que “fue de pura casualidad”, dado que fue la tercera vez en toda su vida que apostaba en una agencia.
“El día de la jugada -el martes 25 de abril- había ido a realizar un pago y le pregunté al vendedor si tenía un cupón de la Poceada, de esos que imprime la máquina, y me pasó el último que le quedaba para el Sorteo N° 3042″, contó el joven.
Luego de aquella compra del ticket, casi por casualidad, el joven volvió a su casa y se olvidó del asunto hasta tres días después, cuando tuvo que volver a esa agencia para pagar otras boletas. Inmediatamente, recordó aquella apuesta que había hecho y le pidió al empleado de la quiniela si se lo podía controlar.
A diferencia del jubilado de Chaco, el joven vio esta oportunidad como una opción para pensar y apostar por su futuro: “llegué a la conclusión que lo mejor sería invertir en algún inmueble. De esta manera me aseguro mi casa propia, es lo mejor que puedo hacer”, concluyó en diálogo con medios locales.
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